Empecemos por el principio porque una Honda CBX 1000 no es cualquier cosa. Honda sorprendió al mundo al poner en pista una 4T de seis cilindros. La moto estaba diseñada por Soichiro Irimajiri, un ingeniero responsable de las motos que condujeron Taveri y Hailwood a ganar los campeonatos del mundo de 1966 y 1967, respectivamente.
Finalmente, Honda abandonó el Mundial de Velocidad y Soichiro Irimajiri pasó a ser director gerente de Honda Motor Co., liderando el proyecto de la Honda CBX. Fruto de este trabajo, nació un motor de generosas dimensiones colgado de un chasis de acero.
Esto provoca que no sea fácil acceder al seis cilindros. Debido a esto, carburar esta moto y poder colocar los vacuómetros es una tarea ardua por culpa de la falta de espacio. Y sino, que se lo comenten a nuestros mecánicos.
Los carburadores Keihin, en grupos de tres, están ligeramente inclinados hacia el interior. Una de las obsesiones de Soichiro Irimajiri era que la moto no fuese excesivamente ancha. De hecho, el motor es solo cinco centímetros más ancho que el de la CB750 tetracilíndrica.
Para ello, colocó un eje auxiliar sobre la caja de cambio y mandado por cadena, que accionaba el alternador y el encendido. Hoy en día, este sistema nos parece algo habitual, pero en una época en la que el alternador se colocaba en el extremo del cigüeñal, supuso toda una revolución.
LA HONDA CBX 1000 SEGÚN BOLT MOTOR COMPANY
En la parte delantera, esta moto tiene un componente diferente al resto del mundo. Y es que no todas las motos pueden disponer del equipamiento y de los repuestos que se utilizan en el mundial de Moto GP. Es lo que tiene customizar una moto para el cuatro veces campeón del mundo de motociclismo Jorge Martínez «Aspar».
Tren delantero: las horquillas invertidas de Ohlins y la llanta delantera de magnesio han sido donadas de una Aprilia de Moto GP. Las pinzas delanteras Brembo también son donadas de una Moto GP, aunque en esta ocasión de una Yamaha. Los latiguillos son Goodridge. Todo mecanizado, ajustado, equilibrado y probado por el equipo de Bolt Motor Co.
Aspar buscaba una moto llamativa, pero cómoda, por lo que decidimos utilizar un manillar recto donde ganamos en comodidad y practicidad. A nivel de electrónica, apostamos una vez más por lo mejor que hay en el mercado: botoneras, puños y cuenta kilómetros de Motogadget Pro.
En la parte central hemos mantenido el depósito de la HONDA CBX 1000 para darle todo el protagonismo al motor icónico de 6 cilindros. Se han necesitado muchas horas para que este motor de seis cilindros luzca así: pulido, carburación, encendido y revisión milimétrica para que su funcionamiento esté a la altura de su estética.
Toda la instalación eléctrica es nueva. Nuestros mecánicos han revisado, ajustado y comprobado cada centímetro del cableado, utilizando los materiales de la más alta calidad que existen en el mercado, junto a toda la parte electrónica.
PONIENDO EL FOCO EN LA PARTE TRASERA DE ESTA HONDA CBX
Hemos querido dejar lo mejor para el final. La parte trasera de esta Honda CBX es un festival para los amantes de las motos radicales. Para ello hemos tenido que diseñar un subchasis muy estrecho, con una terminación que roza la locura. El colín se ha diseñado y fabricado en 3D por nuestro equipo de diseñadores para conseguir que todo encajara a la perfección.
Este colín es único no solo por su diseño, sino por lo que esconde detrás. Está diseñado de tal modo que se puede quitar, convirtiendo la moto en un cómodo biplaza para dos personas. Por eso, podemos ver que la moto cuenta con estriberas traseras. ¿Os habías fijado en este pequeño detalle?
Otro de los puntos fuertes de esta customización es su basculante. Acoplar un basculante de una Aprilia Moto GP a una Honda CBX 1000 no ha sido un trabajo sencillo. No obstante, el resultado no puede ser más espectacular.
A primera vista, lo que más llama la atención de este trabajo realizado por Bolt Motor Company son los escapes. Se trata de unos escapes artesanales que, pese a que están elaborados a mano, consiguen un rendimiento y un sonido casi celestial. Desde el principio, Aspar nos dijo que se iba a dejar aconsejar el tema de estética y acabados, pero que el sonido y las sensaciones que buscaba a la hora de conducir la moto las tenía muy claras. Su cara al escuchar por primera vez la moto no tuvo precio.
La pintura ha supuesto el broche final a un proyecto en el que nos hemos dejado la piel desde el principio. Aspar buscaba un depósito inspirado en la pintura que utiliza Red Bull en sus monoplazas, añadiendo la bandera de cuadros para dejar claro que las carreras siempre estarán en su ADN y en el de su moto.
Siempre presumimos de que nuestros trabajos son únicos en el mundo, pero en esta ocasión hemos dado un paso más gracias a la posibilidad de contar con los materiales de un equipo de alta competición como es el Aspar Team. Ha sido todo un lujo trabajar mano a mano con Jorge Martínez «Aspar» y con su equipo. ¡Espero que disfrutéis el resultado tanto como nosotros!